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A las 8:30 de la mañana comienza nuestro último día de rutas. Compartimos desayuno con una excursión de turistas chinos de manera que en un minuto el comedor se convierte en una mezcla de idiomas y acentos que más de uno observa curioso mientras desayuna.
- "Cható, Cható, habla con ellos, pregunta de dónde son"
Así, nuestro alumno de Zhejiang se convierte en el primer protagonista de la jornada; el segundo lo será el río Ebro, testigo de 27 siglos de historia de la ciudad íbera, romana, musulmana y cristiana.
De camino a la Plaza del Pilar, la basílica muestra su silueta de once cúpulas con tejas de colores verdes, amarillos, azules y blancos, rodeada de esbeltas torres, un hecho que nos regala una panorámica difícil de olvidar. María Jesús, nuestra guía, nos espera para indicarnos las primeras normas: silencio, nada de fotos, etc. Así, tras cruzar unas enormes puertas de madera tallada, nos adentramos en la gran edificación barroca, primer templo dedicada a la Virgen que -según nos cuenta la tradición- visitó Zaragoza en vida para animar a Santiago en su tarea cristianizadora, trayéndole una columna, el Pilar, que se conserva en la Basílica. Además, le indica al apóstol que se debe conservar hasta el fin de los tiempos y siempre tener un altar delante.
Poco a poco vamos recorriendo el templo de tres naves, con bóveda de cañón, entre las que se intercalan las cúpulas que la caracterizan. Descubrimos de la mano de María el Altar Mayor, el retablo y el coro. Nos distraemos de la explicación al ver pasar a nuestro lado, como si de una pequeña procesión se tratase, a los “infanticos”, niños de la escolanía, vestidos de blanco y rojo que cantan en la misa de 9; es el llamado “coro de voces blancas”, encargados también de acompañar a otros niños a besar el manto de la Virgen, siempre y cuando aún no hayan hecho la Primera Comunión.
Tras la pequeña interrupción continuamos hasta la Santa Capilla, pequeña iglesia independiente en el interior de la Basílica y realizada en el s. XVIII por Ventura Rodríguez. Es un estancia suntuosa para la que se utiliza mármol de Carrara y en la que se sitúa el Camarín de la Virgen y el Pilar que ésta trajo asomado bajo su manto.
Otra vez la historia capta nuestro interés; la guía nos muestra unas bombas que cayeron durante la Guerra Civil y que, aunque afortunadamente no llegaron a estallar, rompieron el techo. Una de ellas destrozó el ángulo inferior de la primera pintura mural que de Goya se conserva.
A pocos metros nos detenemos en la cúpula que Goya pintó por encargo ocho años después y que sin embargo se convirtió en su época en el mayor fracaso de su obra. El tiempo la ha rescatado de aquellas críticas y actualmente es considerada su mayor obra mural. Hasta un globo de helio infantil, intruso de las recientes fiestas del Pilar, se ha querido posar en ella para contemplar sus detalles.
La visita continúa -por ventura para las cronistas del IES Zoco- con más historia y más arte. Hoy los compañeros de ciencias de Ávila no tienen su mejor día. En primer lugar, la Plaza, después la Lonja de Contratación del s.XVI, actual edificio de exposiciones, a continuación la Seo, fusión de estilos con restos romanos, románicos y el mudéjar aragonés para acabar en el antiguo teatro romano de Caesaraugusta.
- Uff! Yo me quedaba una semana más, por lo menos aquí estoy entretenida - comenta Ana Arias.
De vuelta al autobús que nos llevará a la Escuela de Ingenieros, van siendo conscientes de que esto se acaba; la rutina y la realidad del día a día se van haciendo presentes en las conversaciones.
- ¡Menuda semana nos espera!.
- Nosotros tenemos cuatro exámenes la semana que viene
- Nosotros dos.
Los experimentos que nos tiene preparados el departamento de Ingeniería Eléctrica nos vuelven a sumergir en la actividad: carga electrostática, potencia, condensadores y hasta una ley ¡La de Faraday!. Palabras y conceptos que para una profesora de lengua y otra de historia son difíciles de recrear en un blog. Pedimos perdón por ello.
Esta vez son María Luisa y José Manuel, compañeros de Ávila, los que pueden seguir las explicaciones y, por supuesto, todo el alumnado quiere participar como voluntario en los experimentos; más de uno salió “echando chispas”.
Comida en la Universidad, pequeño descanso y vuelta al autobús. El Palacio de la Aljafería es nuestro siguiente destino, un palacio fortificado de la segunda mitad del siglo XI que refleja el esplendor de la arquitectura islámica del reino taifa. Nos introducimos en un espacio de arcos mixtilíneos, encabalgados, paredes de yeserías vegetales y geométricas. Los alumnos cordobeses presumen de su Mezquita y reconocen elementos del mihrab cordobés en la pequeña mezquita del interior del espacio ¡Menos mal que hemos quedado bien!
Para terminar, una visita al acuario fluvial. Recorremos las especies acuáticas de cinco ríos: Ebro, Amazonas, Nilo, Mekon y Murray, sobrecogidos por muchos de sus ejemplares que atraen nuestras miradas, bien por su tamaño, bien por sus colores. Los que más éxito tenían, los cocodrilos del Nilo.
SONIA MONCALVILLO/CARMEN LÓPEZ
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