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Para poder combatir el bullying es indispensable que cualquier caso que se pueda estar dando en un colegio o instituto salga a la luz. Éste es el primer paso para ponerle freno a una situación que, por mal llevada o desconocida, puede volverse un auténtico calvario no solo para el alumno que la esté padeciendo sino también para su familia. La Consejería de Educación, para favorecer la denuncia de estas situaciones, cuenta con protocolos de actuación tanto para los casos de acoso escolar como ciberacoso. Se trata de una serie de procedimientos para que, tanto familias como alumnado y profesorado, sepan qué hacer y a quién dirigirse en estas situaciones. Según Lourdes Baena, experta en temas de convivencia escolar y coordinadora en el IES Zoco de la Red Andaluza Escuela Espacio de Paz, «son muchos los casos de alumnado que se siente intimidado y agredido sin razón, algunos los que se jactan de asustar y pocos los que verdaderamente agreden y son agredidos». Si bien es cierto que, tal y como señala Baena, «todos tienen que ser corregidos, ayudados a analizar las situaciones que viven y guiados para cambiar la mirada».
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CONTRA EL ACOSO TRABAJAR LA EMPATÍA:
"Muchos son los casos de alumnado que se siente intimidado y agredido sin razón, algunos los que se jactan de asustar y pocos los que verdaderamente agreden y son agredidos.
Todos tienen que ser corregidos, ayudados a analizar las situaciones que viven y guiados para cambiar la mirada, porque si yo sufro cada vez que no le gusto a alguien tengo un problema, porque si yo disfruto asustando tengo un problema, porque si a mí no me duele el hacer daño tengo un problema.
Aquí empieza el situarse por encima o por debajo de otro. Que no, señores; aunque parezca lo contrario no se trata de eso; se trata de caminar juntos, de construir una sociedad mejor entre todos, de trabajar en equipo, de poner nuestras habilidades y talentos sobre la mesa y desarrollarnos compartiendo ideas, conocimientos y valores.
Tenemos que disfrutar de estar con nuestros compañeros, reírnos y llorar con ellos.
El pensamiento de perspectiva es la habilidad de ponerse en el lugar del otro, en la piel del otro. Es lo contrario al egocentrismo. Es comprender por qué piensa así otra persona, por qué está alegre o triste, por qué actúa así. Nos hace comprender mejor, para perdonar, ayudar, consolar, aconsejar y también oponernos con firmeza a quienes no tienen razón.
Es el pensamiento que hace posible la empatía o sintonía afectiva con otros. Es el pensamiento que hace posible el amor y, por tanto, nos hace seres humanos.
Las personas agresivas, especialmente las de comportamiento más violento, suelen carecer totalmente de este pensamiento.
La empatía, el pensamiento de perspectiva no se compra en el mercadillo ni viene de serie en el último modelo de móvil, no te lo regala nadie, hay que trabajarlo y se puede desarrollar si se trabaja.
Escuchando por la radio a Luis Rojas Marcos un día se me quedó pegado a la oreja lo que decía: una de las cosas era que nos tomemos tiempo para reflexionar, para pensar por qué hacemos las cosas y cómo repercuten en nosotros y en los demás; ayudemos, pues, a nuestro alumnado a tomarse ese tiempo para trabajar la empatía."
Lourdes Baena Moreno